Bancos financian RD$38 mil millones en viviendas; 182 torres en construcción
Por Ana Mitila Lora:
La industria de la construcción vive uno de sus mejores momentos. La cartera de préstamos de instituciones financieras destinada a la construcción privada registró,
hasta el primer trimestre de 2007, un monto total de RD$38 mil 900 millones, un crecimiento de 5.5% con respecto al 2006. Sólo el año pasado, cuando los créditos para la construcción sumaron RD$36 mil 856 millones, 35.4% más que en 2005, los recursos canalizados a través de los bancos comerciales, hipotecarios y de desarrollo aumentaron 79% y los realizados a través de las asociaciones de ahorros y préstamos crecieron 13.6%, según el Banco Central. La proyección es que el 2007 podría superar al 2006, año en que el crecimiento de la industria alcanzó el 33.5%.
Tuesday, July 03, 2007
Las cifras del Banco Central van de la mano con la percepción generalizada de lo que sucede en el Distrito Nacional. Basta observar cada calle de la trama urbana, sobre todo del Polígono Central, para verificar que en cada esquina se levanta un edificio. Vencian Ben Gil, director de Planeamiento Urbano, informó que desde 2005 a la fecha han sido aprobados 182 proyectos (torres) en el Polígono Central, el área de 184 manzanas limitadas por
las avenidas Winston Churchill, Ortega y Gasset, 27 de Febrero y John F. Kennedy. Las más llamativas de las torres del Distrito Nacional son las de lujo, algunas de las cuales ofertan helipuertos, canchas de squash, piscinas, salones de gimnasia, sauna, jacuzzis, áreas con baño para choferes. Los precios de los apartamentos llegan a superar, en algunos casos, el millón de dólares -más de RD$30 millones- y en otros alcanzan hasta RD$100 millones por unidad. El lujo y el número de niveles de estas torres cambian la imagen de la capital y confirman la profundidad de la brecha social. “Los dominicanos le perdieron el miedo a la altura”, comenta Mélido Marte, un ícono del negocio inmobiliario local. Marte se refiere a las torres en proceso de construcción sobre la avenida Anacaona, como la Caney, de 38 pisos, de la firma Rodríguez Sandoval; las torres Margot, de 25 y 30 pisos, de la firma P&P; la que construiría el Grupo Fiesta, liderado por el español Abel Matutes, al lado del hotel Dominican Fiesta; y la que sería levantada en el terreno donde está la residencia que perteneció a Sammy Sosa. rascacielos. Muy cerca se encuentra también la torre Juan Antonio XIV, del grupo Bisonó. En la misma avenida, la Dirección de Planeamiento Urbano aprobó los planos de un rascacielos de 55 niveles, según informó su director, el arquitecto Ben Gil. A diferencia de otros sectores, la altura es ilimitada en la avenida Anacaona, donde ya se levanta la torre Caney, de 39 pisos, por parte del ingeniero Jesús Rodríguez Saldoval. La reanudación de obras paralizadas es otras de las novedades. Por ejemplo, el proyecto Diandy XX, de 27 pisos, diseñado por el arquitecto Michel Presbot, que se encuentra entre la avenida Tiradentes y las calles Gustavo Mejía Ricart y Fantino Falco, fue reactivado después de una pausa en el período 2000-2004. Sus grúas han vuelto a funcionar.
Marte, de Remax Metropolitana, destaca la estabilidad macroeconómica, el descenso de las tasas bancarias y a que después de la crisis de 2003 vinieron nuevas regulaciones, el crédito se “democratizó y ya los banqueros no pueden prestarse el dinero a sí mismos”. Dinamización. Marte identifica a los fondos de pensiones depositados en la banca como uno de los factores que presionan el descenso de las tasas de interés. Otro elemento dinamizante, según el experto inmobiliario, es la apertura de República Dominicana. “La firma del TLC brinda confianza a los inversionistas. Tengo tres promotores extranjeros que están invirtiendo más de 70 millones de dólares. Sus áreas preferidas son Panamá y República Dominicana, pero nos prefieren por la idiosincracia de la gente”, insiste Marte y agrega que el desplome de las inversiones inmobiliarias en Europa atrae inversión hacia el país, incluso para evadir impuestos en sus países de origen. CLAVE pudo comprobar que entre el personal técnico de algunas torres en construcción en Piantini se encuentran extranjeros, como colombianos. Amén de venezolanos, como es el caso de la Plaza Quisqueya, de 18 pisos, del grupo Allard Industries, LTD, que invertiría unos US$60 millones en la intersección de las avenidas Winston Churchill con Gustavo Mejía Ricart, con la inmobiliario P&P, registrado en México, y presidido por el español Arturo del Tiempo Marqués, cuenta con varias inversiones en el Distrito Nacional. El presidente Leonel Fernández dió el primer picazo el 26 de octubre de 2005 de las torres Atiemar, de 21 niveles cada una, que están en construcción frente al Conservatorio Nacional, en la avenida Pedro Henríquez Ureña, en el sector
las avenidas Winston Churchill, Ortega y Gasset, 27 de Febrero y John F. Kennedy. Las más llamativas de las torres del Distrito Nacional son las de lujo, algunas de las cuales ofertan helipuertos, canchas de squash, piscinas, salones de gimnasia, sauna, jacuzzis, áreas con baño para choferes. Los precios de los apartamentos llegan a superar, en algunos casos, el millón de dólares -más de RD$30 millones- y en otros alcanzan hasta RD$100 millones por unidad. El lujo y el número de niveles de estas torres cambian la imagen de la capital y confirman la profundidad de la brecha social. “Los dominicanos le perdieron el miedo a la altura”, comenta Mélido Marte, un ícono del negocio inmobiliario local. Marte se refiere a las torres en proceso de construcción sobre la avenida Anacaona, como la Caney, de 38 pisos, de la firma Rodríguez Sandoval; las torres Margot, de 25 y 30 pisos, de la firma P&P; la que construiría el Grupo Fiesta, liderado por el español Abel Matutes, al lado del hotel Dominican Fiesta; y la que sería levantada en el terreno donde está la residencia que perteneció a Sammy Sosa. rascacielos. Muy cerca se encuentra también la torre Juan Antonio XIV, del grupo Bisonó. En la misma avenida, la Dirección de Planeamiento Urbano aprobó los planos de un rascacielos de 55 niveles, según informó su director, el arquitecto Ben Gil. A diferencia de otros sectores, la altura es ilimitada en la avenida Anacaona, donde ya se levanta la torre Caney, de 39 pisos, por parte del ingeniero Jesús Rodríguez Saldoval. La reanudación de obras paralizadas es otras de las novedades. Por ejemplo, el proyecto Diandy XX, de 27 pisos, diseñado por el arquitecto Michel Presbot, que se encuentra entre la avenida Tiradentes y las calles Gustavo Mejía Ricart y Fantino Falco, fue reactivado después de una pausa en el período 2000-2004. Sus grúas han vuelto a funcionar.
Marte, de Remax Metropolitana, destaca la estabilidad macroeconómica, el descenso de las tasas bancarias y a que después de la crisis de 2003 vinieron nuevas regulaciones, el crédito se “democratizó y ya los banqueros no pueden prestarse el dinero a sí mismos”. Dinamización. Marte identifica a los fondos de pensiones depositados en la banca como uno de los factores que presionan el descenso de las tasas de interés. Otro elemento dinamizante, según el experto inmobiliario, es la apertura de República Dominicana. “La firma del TLC brinda confianza a los inversionistas. Tengo tres promotores extranjeros que están invirtiendo más de 70 millones de dólares. Sus áreas preferidas son Panamá y República Dominicana, pero nos prefieren por la idiosincracia de la gente”, insiste Marte y agrega que el desplome de las inversiones inmobiliarias en Europa atrae inversión hacia el país, incluso para evadir impuestos en sus países de origen. CLAVE pudo comprobar que entre el personal técnico de algunas torres en construcción en Piantini se encuentran extranjeros, como colombianos. Amén de venezolanos, como es el caso de la Plaza Quisqueya, de 18 pisos, del grupo Allard Industries, LTD, que invertiría unos US$60 millones en la intersección de las avenidas Winston Churchill con Gustavo Mejía Ricart, con la inmobiliario P&P, registrado en México, y presidido por el español Arturo del Tiempo Marqués, cuenta con varias inversiones en el Distrito Nacional. El presidente Leonel Fernández dió el primer picazo el 26 de octubre de 2005 de las torres Atiemar, de 21 niveles cada una, que están en construcción frente al Conservatorio Nacional, en la avenida Pedro Henríquez Ureña, en el sector
La Esperilla. Cada apartamento cuenta con cuatro o cinco parqueos, dedica más de 6 mil metros a jardines, áreas sociales y deportivas, como piscinas para niños y adultos, jacuzzi, cancha de tenis, pista de jogging, gimnasios y vestidores. El grupo P&P inició también las excavaciones de las torres Margot, con un audaz diseño arquitectónico, de 25 y 30 niveles, sobre la avenida Anacaona. Sus facilidades incluyen helipuerto, gimnasio y sauna, entre otras. Los niveles de rentabilidad de
la industria atraen a nuevos inversionistas, como si se tratara de una “fiebre de oro”. El ingeniero Jaime González, de la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas (ACOPROVI), cree que esas inversiones son positivas porque generan empleos y dinamizan la economía, “siempre y cuando las inversiones sean limpias y claras, y no haya competencia desleal para los promotores locales”. Ante precios que rondan los 30 millones de pesos por apartamento, como en el caso de la torre Atiemar, y la fluidez de sus ventas -la inmobiliaria Villas & Castillos afirma que la mayor parte fueron vendidos- muchos se preguntan quiénes compran. Las unidades de las torres Margot costarán unos 96 millones de pesos, según una representante de Villas & Castillos. Mélido Marte explica que los dominicanos de alto poder adquisitivo prefieren comprar un apartamento en plano en vez de cotizar en papeles de la bolsa de Nueva York. “Si compró a 100, estará costando 120, y eso no lo deja ningún plazo fijo en un banco”. La semana pasada la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos anunció un descenso de sus tasas de préstamos de 15 a 13.9% . El Banco Popular respondió con un descenso a 12.9%; mientras el BHD las mantiene a 13.5%. El Distrito Nacional seguirá creciendo verticalmente, como concluye Vencian Ben, pero no hay respuesta al caos y al incremento de la demanda de servicios básicos. El mercado responde tímidamente al segmento de la población cuyos salarios no llega a los 20 mil pesos.
“El impacto del crecimiento es difícil de prever”
1¿Cuántos proyectos han aprobado? Desde el 2005, Planeamiento Urbano ha aprobado 182 proyectos en el Polígono Central. En el ensanche Piantini aprobamos 26 (torres); en Paraíso 16; en Naco 28. El polígono es la zona comprendida entre las avenidas Ortega y Gasset-Churchill y 27 de Febrero-John F. Kennedy.
2¿A qué atribuye este dinamismo? A la estabilidad. Un apartamento en el Polígono empieza costando 6 millones y termina vendiéndose en 6.5 millones.
3¿Cómo impactará el “boom” de la construcción? Las implicaciones urbanas, por falta de normativas, son dificiles de prever. La ciudad no tiene un plan de regulación ni un plan maestro de desarrollo urbano. Es un vacío que es urgente resolver. Sólo hay disposiciones administrativas basadas en el poder discrecional de cada director de Planeamiento Urbano. En la Sala Capitular
hay un proyecto de resolución, que otorga un plazo de 6 meses para que esta oficina produzca las medidas definitivas para regular la circunscripción No. Uno.
4¿Qué opina sobre el auge de las torres? El Distrito Nacional está enclaustrado dentro de
tres provincias. Quedamos sin posibilidad de crecimiento horizontal. Es necesaria una visión de conjunto. El CONAU coordina que todos los directores de Planeamiento Urbano nos pongamos de acuerdo sobre normativas conjuntas sobre el gran Santo Domingo.
5¿Con la densificación del Distrito, qué pasará con el tránsito y los parqueos? El problema del tránsito no es el tamaño del parque vehicular ni el ancho de las calles, es un problema de falta de educación del conductor. Hay problemas en la Urbanización Real, donde hay construcciones sin control y calles estrechas.
6¿Cómo ve el futuro de esta ciudad? Si continuamos aumentando el parque vehicular sin estacionamientos y sin transporte masivo, la ciudad de Santo Domingo será invivible. Si no asumimos la planificación integral, las alternativas para salvarla serán pocas.
Tomado del Semanario Clave.
la industria atraen a nuevos inversionistas, como si se tratara de una “fiebre de oro”. El ingeniero Jaime González, de la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas (ACOPROVI), cree que esas inversiones son positivas porque generan empleos y dinamizan la economía, “siempre y cuando las inversiones sean limpias y claras, y no haya competencia desleal para los promotores locales”. Ante precios que rondan los 30 millones de pesos por apartamento, como en el caso de la torre Atiemar, y la fluidez de sus ventas -la inmobiliaria Villas & Castillos afirma que la mayor parte fueron vendidos- muchos se preguntan quiénes compran. Las unidades de las torres Margot costarán unos 96 millones de pesos, según una representante de Villas & Castillos. Mélido Marte explica que los dominicanos de alto poder adquisitivo prefieren comprar un apartamento en plano en vez de cotizar en papeles de la bolsa de Nueva York. “Si compró a 100, estará costando 120, y eso no lo deja ningún plazo fijo en un banco”. La semana pasada la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos anunció un descenso de sus tasas de préstamos de 15 a 13.9% . El Banco Popular respondió con un descenso a 12.9%; mientras el BHD las mantiene a 13.5%. El Distrito Nacional seguirá creciendo verticalmente, como concluye Vencian Ben, pero no hay respuesta al caos y al incremento de la demanda de servicios básicos. El mercado responde tímidamente al segmento de la población cuyos salarios no llega a los 20 mil pesos.
“El impacto del crecimiento es difícil de prever”
1¿Cuántos proyectos han aprobado? Desde el 2005, Planeamiento Urbano ha aprobado 182 proyectos en el Polígono Central. En el ensanche Piantini aprobamos 26 (torres); en Paraíso 16; en Naco 28. El polígono es la zona comprendida entre las avenidas Ortega y Gasset-Churchill y 27 de Febrero-John F. Kennedy.
2¿A qué atribuye este dinamismo? A la estabilidad. Un apartamento en el Polígono empieza costando 6 millones y termina vendiéndose en 6.5 millones.
3¿Cómo impactará el “boom” de la construcción? Las implicaciones urbanas, por falta de normativas, son dificiles de prever. La ciudad no tiene un plan de regulación ni un plan maestro de desarrollo urbano. Es un vacío que es urgente resolver. Sólo hay disposiciones administrativas basadas en el poder discrecional de cada director de Planeamiento Urbano. En la Sala Capitular
hay un proyecto de resolución, que otorga un plazo de 6 meses para que esta oficina produzca las medidas definitivas para regular la circunscripción No. Uno.
4¿Qué opina sobre el auge de las torres? El Distrito Nacional está enclaustrado dentro de
tres provincias. Quedamos sin posibilidad de crecimiento horizontal. Es necesaria una visión de conjunto. El CONAU coordina que todos los directores de Planeamiento Urbano nos pongamos de acuerdo sobre normativas conjuntas sobre el gran Santo Domingo.
5¿Con la densificación del Distrito, qué pasará con el tránsito y los parqueos? El problema del tránsito no es el tamaño del parque vehicular ni el ancho de las calles, es un problema de falta de educación del conductor. Hay problemas en la Urbanización Real, donde hay construcciones sin control y calles estrechas.
6¿Cómo ve el futuro de esta ciudad? Si continuamos aumentando el parque vehicular sin estacionamientos y sin transporte masivo, la ciudad de Santo Domingo será invivible. Si no asumimos la planificación integral, las alternativas para salvarla serán pocas.
Tomado del Semanario Clave.
Monday, July 02, 2007
Santo Domingo de Guzmán, Capital Dominicana
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